EL DIABLO GO HOME
Satírico
y sarcástico, mordaz y elocuente, irónico y lapidario. Estas fueron algunas de
las características discursivas de Hugo Chávez,
ex presidente de Venezuela cuando debía pronunciarse sobre el Gobierno
de los Estados Unidos de Norteamérica. Un ejemplo interesante de ello, fue su
discurso emitido en la LXI Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas
en septiembre del 2006.
Pararse
detrás del pódium de la ONU, en el corazón de Nueva York, frente a decenas de
gobernantes y bajo la mirada del mundo, y calificar al presidente de los
Estados Unidos como “el diablo” y
tacharlo de fascista, tirano, y a su gobierno como imperialista y dictadura
mundial, es un acto de confrontación que
demanda de mucho valor y coraje, y que solo lo puede hacer un loco…o un genio.
Chávez
actuó con naturalidad, demostrando seguridad en sí mismo, parecería como que no estuviera parlamentando
desde el centro del infierno que el mismo ironizaba, sino emitiendo el discurso
desde el palacio de Miraflores. Rompió
protocolos y posturas, con su vocablo convirtió lo formal en informal y reclamó
con cada una de sus palabras lo que el
calificaba como abusos de poder por parte del presidente de los Estados Unidos
hacia el resto de la humanidad.
Alzando
el libro “La hegemonía del Imperialismo” de Chomsky, como el líder religioso
que levanta en lo alto la Biblia o el Corán, Chávez dio apertura a su retórica,
recomendando a la audiencia leer el libro, informarse de la barbaries cometidas
por el gobierno gringo y, como para solemnizar religiosamente su presentación,
se santiguó después de hacer alusión al presidente de los norteamericanos.
Entonces
logró uno de sus primeros objetivos: polarizar la postura de su discurso con el
de su par norteamericano, y crear en la atmosfera un ambiente bipolar. Los
pueblos oprimidos versus el gobierno estadounidense. La lucha entre el bien y
el mal.
Más
allá de los argumentos, Chávez advierte la insurgencia de los pueblos de
América del Sur, defiende las posturas de gobernantes progresistas y amenaza a
las elites anglosajonas controladoras del poder mundial, por medio de una
reciente organización de países no alineados y la reaparición del líder histórico
Fidel Castro.
Su
postura da la sensación que tiene razones suficientes para reclamar al gobierno
americano, de que Chávez y Venezuela no están solos, sino que habla en
representación de un gran frente de países golpeados por el imperialismo, en el
que incluye a países de medio oriente y que tendrían cuentas por saldar con
Estados Unidos. Esta es su última amenaza.
Chávez,
brillante y elocuente, discursista sin pelos en la lengua, más allá de su
posición ideológica y tendencia política, demostró en esta conferencia que fue un
orador fabuloso, sin temblores ni temores de hablar lo que piensa, capaz de
decirle al presidente norteamericano, en su propia casa ¡Yankee go home!
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